Hace unos días me di cuenta que Berlusconi y Mourinho tienen mucho en común. Estaba comiendo en un bar del polígono industrial donde se encuentra mi empresa. Había un grupo de curritos ahondando en los licores post menú del día, vamos, que estaban bien calentitos. El caso, es que en la tele estaban echando las típicas imágenes en las que Mourinho increpa al publico rival. El grupo de currelas empezó a jalear y lanzar alaridos de admiración hacia el entrenador portugués. Y lo vi claro, enseguida lo relacione: Mourinho, como Berlusconi, es un icono muy admirado por una gran mayoría de público masculino y machista, ven en ellos la quinta esencia del triunfador machote y sin complejos, el rey de la montaña que impone su voluntad, les admiran en secreto y les encantaría ser como ellos, triunfadores de la testosterona que nunca pierden. Los dos públicamente son criticados pero amados en la intimidad, de ahí los resultados de Berlusconi, poca gente le defiende en público pero siempre gana.
Y hay algo más, Mourinho centra el foco mediático en su persona para quitar presión a los jugadores, es su táctica preferida, busca la polémica para ser el centro y desviar la atención. Y Berlusconi hace lo mismo, siempre siempre siempre la actualidad italiana gira en torno a su persona, polémicas personales que alejan el foco de los problemas reales e importantes de Italia, nadie habla del paro o de la vivienda, o de la sanidad o de la educación, allí esta el payaso de Berlusconi atrayendo la atención sobre su persona y eclipsandolo todo, parece que el único problema en Italia es Berlusconi. Al final la misma Italia es Berlusconi, una prolongación de su cuerpo. Y los dos por supuesto son especialistas en echar la culpa al empedrado: que si los árbitros, que si Valdano, que si los jueces, que si los comunistas…
Quizás comparar a estos dos polémicos personajes puede estar fuera de lugar, aunque quienes están seguro fuera de lugar son estos dos personajes. Son dos malos referentes sociales. Y que conste que soy medio italiano y del Madrid, incluso reconozco que al margen del personaje Mourinho es un gran entrenador. El otro no tiene nada bueno.
La Sonrisa del Laberinto 